Experiencias de mujeres


Las experiencias vividas en La Ruta de la Fertilidad




Las cuevas según Paloma

Estoy siempre agradecida por el viaje, la conexión, el privilegio de poder contar con tu trabajo y servicio. Es una enorme bendición. Las cuevas con mágicas, misteriosas, generosas, curanderas pero sin una guardiana sagrada como tú no creo que nos abran las puertas a sus misterios ancestrales. Gracias por tus amorosos cuidos, por tu firmeza y sencillez... y sobre todo gracias por tu pasión... maravillosa y contagiosa!
Para mi las cuevas son el templo de la Gran Madre, de la Amada eterna, de la Vida, del Gozo, de la Memoria viva en mi y de la Unión con el todo. Es un tiempo espacio de consagración, de humildad, de renovación y de nutrición.  

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  ¿Cuevas?¿Fertilidad?¿En Huesca? !Cuánta magia y misterio! !Qué poder de
atracción de lo desconocido! !Cuánto por aprender y reconocer!
Iba dispuesta a dejarme invadir por la alegría de participar en un encuentro muy
esperado.  Cada propuesta de Alicia la sentí como un juego, y con esa
predisposición inocente entré en ellas. 
Honrar tu linaje te enraíza a la tierra;
sembrar tus propósitos, a la vida. El trabajo se realiza con la admiración y el
respeto a lo sagrado, con la dedicación y el cariño de Alicia y con la convivencia de
un grupo pequeño en un entorno que en ese momento florecía con el equinoccio
de primavera.
Con perspectiva, he reconocido un tiempo no muy lejano donde fuimos Diosas,
donde se veneraba nuestras vulvas y úteros, donde el hombre se equiparaba a la
mujer, y donde vivíamos ligados a la naturaleza y su orden. Ahora desde el silencio
del recuerdo, soy consciente de ese empoderamiento femenino que palpita dentro
de mí. 
Ana Pérez Lisbona

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 Palabras de Yosune

Si bien no puedo divulgar los caminos y rituales tan sabiamente conducidos por Alicia Gallan pues los misterios sagrados dejan de serlo al extrapolarlos y sacarlos de su contexto, si puedo y quiero hablar de lo que he sentido y experimentado durante estos días de retiro y peregrinación por Las Cuevas de la Fertilidad y la siembra de septiembre.
Sabia y amorosamente acompañadas por esta mujer a lo largo del recorrido del camino espiral hacia el centro del mí misma, un reencuentro con  las raíces olvidadas. Un resurgir en la conciencia de los anhelos profundos desde las entrañas. 
La armonización de las energías femenina y masculina en mí, y la comprensión de que sin esa armonía es imposible la muerte de lo viejo, la fecundación de la nueva semilla. El eterno retorno vida/muerte/vida que me conduce de regreso al hogar en Mi. Gracias Alicia  por tu amor, tu humor, tu frescura y flexibilidad. Por mucho más. Por conducirnos tan hábilmente hacia nuestro Ser.
Gracias también a las mujeres que compartieron conmigo este encuentro. Por el acompañamiento y el respeto entre nosotras, por las risas, los llantos, los demonios que reclamaban su sitio y aceptación; gracias a todas porque fuimos capaces de hacer este viaje individual, personal, único e irrepetible al mismo tiempo que caminamos, reimos, lloramos y cantamos juntas.
 Cantamos, desafinamos, reímos otra vez, olvidamos la letra, volvimos a cantar…a reir y a llorar y ¡oh! Milagro! Las canciones…las canciones resuenan en mi, y al cantarlas o tatarear sus melodías siento y revivo en mí los momentos sagrados en soledad o compartidos, esos momentos de los que no puedo decir más y que nos unen ahora y siempre. 
Gracias Alicia por tanto, gracias mujeres por ser tan valientes, tan amables y amorosas, tan fuertes y sabias, como las raíces de las encinas sagradas.


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Palabras de Yolanda.

Llegué a Huesca en el momento adecuado, ya había querido participar con anterioridad pero tuve que esperar.
Desde que se inició el proceso de la Ruta de la fertilidad se fueron gestando experiencias nutritivas, el viaje desde Barcelona a Huesca con C. y M. O., comunicarnos desde la escucha y el respeto. Y a la vez entregando sabiduría desde nuestra trayectoria vital.
Alicia nos recibió en la puerta con una sonrisa y me transmitió ganas de llevarnos a sembrar nuestro propósito en la Ruta de la Fertilidad que coincidía con el equinoccio de otoño.
Me encantó salir por la noche con todas nosotras en un círculo en la Naturaleza y al día siguiente  disfrutar con el sol del día.
Agradezco a Alicia su pasión y su humildad por la entrega de la fuerza de la tierra de Huesca. Me llevo a la comunión con los antepasados sentir su entrega y amor con la Naturaleza y lo humano.
Gracias a todas las mujeres que compartimos la Ruta de la Fertilidad porque nos cuidamos desde la sororidad, y en la despedida sentí la belleza de cada una de nosotras y nuestra fuerza hacía nuestro propósito."

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Palabras de Mercé 

Hay un antes y un después de entrar en la cueva físicamente e internamente, ya lo estoy viviendo, han sucedido muchas cosas desde que me acurruqué en ese vientre de tierra y piedra al que nos invitaste y nos compartiste... 

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Denise desde New Jersey.

Desde que el primer día que aprendí de la existencia de éstas cuevas y saber que podrían tener una historia conectada con la fertilidad sentí una gran necesidad de llegar hasta allá para visitarlas. Todo el trayecto desde el descubrimiento de entender el porqué deseaba conocerlas y hasta finalmente vivir la aventura por los senderos de la hermosa ciudad de Huesca ha sido un verdadero regalo. Éste viaje me ha llevado a conocerme aún más por diferentes maneras, una forma fue con la actividad que Alicia nos propuso de recolectar datos de nuestros ancestros, la cual me ayudó recordar historias olvidadas y el descubrimiento de cómo eran algunos de los días de mis antepasados y que posiblemente de alguna forma yo llevo sus deseos y anhelos dentro de mí; otro forma fue la de compartir con las demás mujeres peregrinando por la naturaleza recordando de dar gracias por todo lo que nos rodea. He sembrado semillas junto a otras nueve mujeres en otro continente por toda la naturaleza aunque parezca tan lejano lo llevo en mi corazón y ahora sé que con amor y fé mis semillas darán fruto.
Compartiré mi experiencia con más mujeres para que juntas vayamos despertando, nuestra Madre tierra nos espera.
Con mucho cariño, Denise.

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 Sobre el trabajo del fin de semana en las cuevas, me ha quedado muy buen recuerdo, todo liviano, todo fluir.

E. de Barcelona.

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ENTRAR EN LA CUEVA según Ana

Parecía fácil, una experiencia más, después de tantas no creí que me fuese a impactar de esa manera, además el hecho de que mi amiga Alicia fuese la que conducía el encuentro, lo hacía más cercano, menos misterioso quizás, más familiar, incluso menos valioso porque los humanos somos así por eso se dice que nadie es profeta en su tierra…Fui después de que Alicia ya había organizado varios encuentros y yo no había acudido, pero recuerdo perfectamente que cuando me decidí a ir fue después de un tiempo sin ver a M. y de que ella hubiera acudido a varios encuentros con Alicia, observé en M.  una transformación que ella me confirmó se había producido en la cueva. En ese momento decidí que allí pasaba algo grande y debía ir al próximo encuentro. Cuando llegó el momento, todo se me ponía de cara, hasta anunciaban buen tiempo, pero luego eso se truncó y tuvimos lluvias abundantes, lo que hizo que el día anterior me plantease si realmente quería ir en esas condiciones atmosféricas, pero fui porque le había dicho a Alicia que iría y le serviría de ayuda en lo que pudiese; si no hubiera hecho ese ofrecimiento de servicio a mi hermana de Arboleda probablemente no hubiera ido. No me había puesto en situación, me dejé llevar y cuando me vi en la entrada a la cueva gateando en un túnel enano en el que apenas cabía con todo lo que llevaba encima, ropa de abrigo, mochila, tambor, impermeable cubriéndolo todo y sin ver una salida ni la cueva, solo el túnel y la pared de enfrente, entonces empecé a ser consciente de donde me estaba metiendo. Tan solo esa sensación que produce entrar dentro del útero de la Madre ya es de por sí muy potente. La cueva a la que entramos era pequeña pero justo daba su perímetro para que nos sentáramos muy juntitas alrededor, salvo una mujer que se sintió agobiada y se puso en el centro. En total estuvimos dentro 17 mujeres. Cuando me senté y tomé conexión con el suelo y con la cabeza que tocaba el techo de la cueva, entré en un estado que solo he conseguido con técnicas de meditación muy avanzadas, pero en la cueva fue instantáneo, fui consciente del poder que tienen esas cuevas, del regalo maravilloso que se nos estaba concediendo por estar allí. En ningún momento tuve miedo, las emociones negativas no tuvieron lugar en mi, tan solo el agradecimiento y la admiración a Alicia porque estoy segura de que la vida la ha premiado, después de tantos años de servicio espiritual con estas cuevas maravillosas que le han puesto en su camino para que nos las descubra a las mujeres y con ello sanemos nuestra energía femenina. Lo que más me impactó fue la inmediatez de la conexión, del cambio de estado de conciencia, sin necesidad de hacer, tan solo teniendo el valor de entrar en la cueva y permanecer en confianza. Es una experiencia para guerreras en la que la impecabilidad es imprescindible, para no entrar en miedos o egos que enturbien la experiencia. También fue muy significativo ver el cambio que se ha producido en la amiga que acudió conmigo al encuentro, a la que veo con asiduidad; ha tenido un renacer evidente y necesario, y se produjo en la cueva igual que le pasó a Mayte. Por todo estoy muy agradecida, deseando volver y conocer otras cuevas que en esa ocasión no fue posible debido a las lluvias tan insistentes que nos acompañaron.

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